Tener una boda en Finca Machoenia es siempre motivo de alegría. Y más con una pareja como Ane&Beñat, una pareja encantadora que lo dio todo el día de su boda.
Comenzamos la boda en Irun
Nos encanta cuando los preparativos de la novia tiene lugar en un ambiente familiar. El makeup de Ane fue la excusa perfecta para realizar un reportaje de fotos con sus personas más queridas; padres, hermano y nuestra querida Sheila ;) A última hora vino también su primo, que hizo a su vez de videógrafo. Aunque son momentos de muchos nervios, en esta ocasión respiramos mucha tranquilidad. Vivir junto a la iglesia ¡no tiene precio!. Al estar a tan solo 100 metros la novia decidió ir andando hasta la ceremonia. ¿Para qué tomar un coche pudiendo pasear tranquilamente?.
Mientras tanto Beñat nos esperaba en frente de la iglesia, recibiendo a los primeros invitados. El sol del mediodía pegaba fuerte y nos agrupamos todos en la sombra. Tomando las medidas de seguridad apropiadas, esos sí. La ceremonia de boda fue super emotiva, y la salida de la iglesia un poco locura (como suele ser habitual).
Banquete de boda en Finca Machoenia
Pusimos el turbo para llegar antes que nadie a la Finca Machoenia, pero los novios con su BMW nos ganaron por goleada…jeje. Aprovechamos esos 15-20 minutos que tardaron los invitados en llegar para realizar una sesión de fotos en los alrededores y el interior de la Finca Machoenia. Más allá de la vegetación que la rodea, nos encantan los interiores de esta finca. Tiene paredes encaladas y un suelo de madera que le da a las fotos un estilo clásico que nos encanta. Ya lo conocíamos de alguna que otra boda que hicimos años atrás.
Tras las fotos de pareja y el cocktail llegó uno de los momentos más auténticos de esta boda. Cuando pensamos en las fotos más importantes de una boda, siempre nos vienen a la cabeza la entrega de anillos o el momento arroz. Sin embargo, hay veces que otras situaciones acaban teniendo una carga sentimental superior. ¡Alucinante los discursos que soltaron los amigos y familiares!. Nos quedamos boquiabiertos. Hemos estado en más de 500 bodas, y no mentimos si decimos que los de la boda de Ane y Beñat fueron INCREÍBLES. Nosotros encantados claro, ya que pudimos captar instantes muy emocionales.